Economia del Bien Comun 26.09.12

Entrevista en Diario SUR:

Asegura que las empresas ganarían competitividad si buscasen los valores que
están presentes en las relaciones humanas 


26.09.12 - 01:33 - <http://www.diariosur.es> 


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Christian Felber: «La economía mundial debería regirse más por el sentido
común»

Christian Felber ofrece dos conferencias mañana en Málaga. SUR 

Seminario. 'Aplicación del Balance del Bien Común'; en la Facultad de
Ciencias Económicas y Empresariales, en El Ejido a las 10.30 horas. Esta
actividad tiene un coste de 40 euros.

Conferencia. 'La Economía del Bien Común', en el Rectorado de la Universidad
de Málaga (Av. Cervantes), a las 19.30 horas. Entrada libre hasta completar
aforo.

Christian Felber es muchas cosas. Filólogo, politólogo, sociólogo,
psicólogo, profesor universitario, escritor, holístico y hasta bailarín de
danza contemporánea. Todo un hombre del Renacimiento en pleno siglo XXI. Al
este austriaco no le gusta definirse como economista y sin embargo está
revolucionando la economía mundial con su teoría del bienestar público o del
bien común. Destilando un perfecto castellano fruto de sus años de
estudiante en Madrid, adelanta a SUR las claves de su modelo económico que
dará a conocer hoy en Málaga en dos actos organizados por el colectivo
RedVerSo y la Universidad de Málaga.

-¿En qué consiste la economía del bien común? 

-Se trata de un modelo económico completo, alternativo al capitalismo y al
comunismo que se basa en los valores que ya tenemos todos, que defienden
todas las constituciones y que compartimos los seres humanos en las
relaciones entre las personas. Se trata valores como la dignidad,
solidaridad, justicia, responsabilidad o la compasión que también deberían
regir los intercambios económicos y la empresa.

-¿Surge contra el sistema capitalista actual? 

-Coge algunas de sus premisas y otras no. Nos quedamos con lo bueno y
cambiamos lo mal. La principal diferencia es que el objetivo de la actividad
empresarial deja de ser el beneficio económico como actualmente con el
capitalismo puro y duro, algo que está teniendo consecuencias nefastas. El
objetivo de la empresa debe ser el bien común. Es un cambio radical. Pero sí
nos quedamos con la estructura de las pequeñas y medianas empresas y con el
intercambio.

-¿Qué opina de que el valor de un país se mida a través de la prima de
riesgo de su deuda pública? 

-Es un error fatal de la política económica que la financiación de un país
esté en manos de los mercados. El pueblo tiene tres alternativas cuando es
el mercado el que impone las políticas a los Gobiernos: entrar en cólera,
aceptarlo o la paella, que es aumentar los tributos a quienes más para
financiar un 40% de la deuda pública y el resto que se convirtiese en
crédito público a través del Banco Central Europeo (BCE).

-¿Su teoría podría sacarnos de la crisis? 

-No a corto plazo. Debe implantarse paulatinamente y no tendrá beneficios en
dos años. Hemos establecido propuestas de urgencia para las empresas. Pero
son necesarias decisiones a nivel político en toda Europa para crear empleo.

-¿Qué opina de las reformas que se están haciendo en España? 

-Que van en la dirección opuesta de lo que se necesita, que es más empleo
juvenil, más seguridad laboral y una subida del salario mínimo
interprofesional.

-¿Los empresarios son reacios a implantar la economía del bien común? 

-Al contrario, la teoría surgió con 15 empresarios austriacos que dijeron
que podía ser factible y realizable. Empezamos hace dos años y ya se han
sumado 820 empresas de diez países que quieren provocar un cambio. Su
comportamiento respetando la idea del bien común puede ser decisivo para
cambiar la economía general.

-¿Y qué beneficios tiene la empresa? 

-Lo que nos dicen los empresarios que creen en esta teoría es que lo más
importante es que han encontrado un sentido, valores que faltaban en el
mercado. Además, les ayuda a conocerse mejor, crea plataformas de
cooperación entre empresas, atraen a consumidores éticos y a mano de obra
implicada a la que no solo le importa el dinero, y adquieren ayudas e
incentivos de los estados. Al final, eso repercutirá en una mayor
competitividad.

-¿Hace falta más sentido común? 

-El sentido común debería estar más presente en todo; es lo que nos ayuda a
determinar precisamente qué es lo que podemos considerar un bien común o un
bienestar para todos.