Divergent Thinking

Igual que los cabreros del Alto Atlas son Alpinistas "By Default", basta sumergirse en ese océano de grandeza Amazigh que es el alto Atlas para sentirte tu corazón inundado de tanta grandeza, como para ir perdiendo, definitivamente, esa (auto)limitación crónica de equis años de co domesticación patriarcal, limitante, determinista, cerrada, que se basa(ba) en una creencia tan simple como DE finitiva: La afirmación (de formación) de la que partía, a priori, la filosofía cristiana, la filosofía "padre" que iba estableciendo las rutas limitantes del patriarcado, cercenando previamente las infinitas rutas del matriarcado, las infinitas posibilidades de la física cuántica. LA AFIRMACIÓN ERA una dicotomía: Simplemente. LA INFINITUD DE DIOS, Versus La Finitud del Hombre. (Hombre, si se refería al "Hombre", a lo mejor llevaban razón, pues Hombre menos Mujer es igual a CERO). Y es que esa afirmación, que si la imaginamos que se va estrechando con el tiempo como un salchichón, que se alarga, se alarga, se alarga, y forma al final como una delgadísima línea, como un hilo de seda que recorriese caprichosamente la piel de Gaya, de un sitio, sin orden, para otro, como unas enaguas caprichosamente y autopoiéticamente autodiseñadas. Ese hilo de ariadna es el eje de poner una banca tras otra banca, tras otra, y así cuasi al infinitum. Una ristra de bancas planetaria, que imaginariamente nos sitúe en esa cotidiana realidad (de antaño?). Ya se dibujó la misma línea, pero para un subrrogado neurosemantico, de co domesticación, del de las clarseles de las que hablamos. Se calculó, hace años que los coches que circulaban por el estado español llegaban en caravana hasta la luna y daban de nuevo la vuelta. ¿Cuantas vueltas habran dado ya a este circuito tan lunático, que precisamente se asentó cuando dejamos de mirar y aprender de la luna, pues que calendario más sencillo hay, que te sitúa con admirable y borrosa exactitud dentro de un período cíclico de 28 días, un reloj tan evidente, una compañera de viaje tan indígena, que ¿cómo es que la mayoría de los pueblos se han servido de calendarios lunares? Pues simple simpléctica. Lo que tienes, úsalo. Disfrútalo. Nos especializamos en buscar lo que no teníamos y así, olvidamos, entre otras, la regla de la simpléctica: pequeñas soluciones para grandes problemas. Deriva de un chico del Santa fé Institute californiano. La pléctica, según le llama él, es la simplicidad que ofrecen los sistemas complejos. En términos prácticos, lo que este premio nobel nos dice es que cuando miras lo complejo de lo real, todo se te simplifica mogollón. Y es la abducción por la complicación, lo que nos hace no comprender esto. Pero vete al Atlas. Allí vivirás la complejidad. Pero no la complicación. Lo que pasa(ba) es que veníamos de marruecos, o de turismo "indígena" y volvíamos a enrolarnos en la locura 1.0. pero si la cuerda se está rompiendo, por infinitos cabos y nudos, es por algo ¿no? Habrá que agradecer, no queda otra, a los vuelos super baratos. Pues es esa inmersion en lo real e ineludible, de las culturas más indígenas, donde la evidencia se va se ha ido apoderando, de nuestros corazones, y de nuestra consciencia. ¿A ver en qué libro te puedes llevar, aunque sea las sensaciones de estos videos del Atlas y sus corazones latientes y bailantes. Y los videos te conectan, vía neuronas espejo, con tus propias experiencias allá (allá, pues, entre comillas)...

Básicamente, la metafora de la linea no está nada mal, pues lo que cambia el patriarcado, frente a la matristica, es la trama por el hilo. Esás facil seguir el hilo que la trama. El hilo es un camino estrechito sobre los acantilados del ourika. La trama es la red de caminitos diseñados durante milenios por las cabras en los montes de Málaga, o en el jevar.

Al fín y al cabo "seguimos pendientes de un hilo". Nunca mejor disho, si siguieramos en el mundo mediático 1.0. Un hilo es el telediario. Un hilo es desde hace casi un lustro los resultados de La bolsa. Un hilo, o menos aún, un punto, en la dimension vertical, es lo que miras, es lo que te interesa, para saber, tu "calidad de vida", tus dineros...

Un punto en la vertical es lo que miras, cuando de las notas se trata. El hombre unidimiensional de Marcuse. Un hilo es la autopista. Un hilo, trazado con laser, es el tren de alta ineficiencia y no tan alta velocidad (gracias montañas, por sobrevivir con nosotrxs).

Un hilo es el aula fundamentalista magistral y el examen final. ¿O es que en el sesentayocho, los exámenes se quitaron por gusto?

En el hilo tu motor es la deducción. Y pides permiso para la inducción, como para fumarte un cigarro afuera.

En la trama tu motor es la abducción (2.0, o Peirceana). Das la misma importancia a saltar "fuera", que seguir "dentro", así, las fronteras, en tu experiencia, se van diluyendo. Vas con una bici, y saltas la mediana cuando te interesa, disfrutas de una amplitud de habitat de transporte envidiable, lo que se traduce en eficiencia. la costumbre te lleva a usar el camino que va derivando de tu experiencia. Estas en la trama. O en la clase en grupos de debate. Se oyen, no una, sino mirada de voces cacareando en concierto cuasi espontáneo y universal. Nadie se queda callado, al menos su cuerpo se sorprende y dice a los demás lo que piensa sin decir palabra, si acaso carcajada. O en la medina de essaouira, tanger, tetauen, el cairo, o malaga hace años... Todo (al principio) parece "desordenado", y es complejo, simplemente, simplécticamente. Cuando reiteras tus visitas comprendes, comprehendes, fluyes, luego aprendes, y aceptas, lo que ya se te hace evidente. Si a 14 km de aquí, la cuidadanía resuelve tantos problemas de manera tan sencilla, simpléctica, es porque mantienen, históricamente, una trama, una complejidad, hacia donde ha ido derivando el experienciar colectivo. Todos los zocos en el mundo son iguales. Y han sido iguales. El mercado es la base de la civilización. primero comemos, y con la barriga llena, hablamos, y hablando, nos entendemos, y construimos. Si no hablamos, destruimos, pues lo que construimos son sistemas de ceguera masiva (los arqueo medios de masas) que ahorita van quedando (todos, inclusivamente) con "el culo al aire"...

Encyclopedia of Childhood and Adolescence, Apr 06, 2001

• 1
• 2
• Next

The concept of divergent thinking was developed in the 1950s by psychologist J. P. Guilford, who saw it as a major component of creativity and associated it with four main characteristics: fluency (the ability to rapidly produce a large number of ideas or solutions to a problem); flexibility (the capacity to consider a variety of approaches to a problem simultaneously); originality (the tendency to produce ideas different from those of most other people); and elaboration (the ability to think through the details of an idea and carry it out). Guilford, whose research was oriented toward testing and measurement (psychometrics), believed that creative thinkers are at a disadvantage when taking standard intelligence tests, which penalize divergent thinking and reward its opposite, convergent thinking --the ability to narrow all possible alternatives down to a single solution (the type of thinking required by multiple choice tests).

Over a number of years, the Aptitudes Research Project at the University of Southern California, under Guilford's leadership, devised an extensive sequence of tests to measure intellectual abilities, including creativity. Some of the ARP divergent thinking tests have been widely adapted for use in placing students in gifted programs and evaluating the success of such programs. They include a number of different assessment techniques that measure the key characteristics of fluency, flexibility, and originality. Among the fluency tests are word fluency, which asks test-takers to think of as many words as they can that contain a given letter, and ideational fluency, which involves naming things that belong to a specific category, such as fluids that will burn. Other tests included listing all the possible jobs that might be represented by a specific emblem and writing titles for short stories after having been told their plots. The part of the ARP test sequence that has been the most widely adapted for assessing creativity in children is the alternate uses test, which asks the child to name as many uses as possible for an everyday object, such as a paper clip or a brick. Another popular creativity test derived from the ARP project is the consequences test, in which a person is asked to list the possible consequences of an imaginary event ("What would happen if everyone were immortal?"). In addition to these verbal tests, ARP also devised tests to measure spatial aptitude, which include such tasks as drawing objects using geometrical shapes.

Although creativity is associated with the highest levels of achievement in many fields and presumably valued by society, the educational system often penalizes divergent thinkers. The typical standardized measure of intelligence is the multiple-choice test, which is diametrically opposed to the divergent thinker's problem-solving process. To a creative thinker, it may seem more productive to try finding reasons why all the choices on a multiple-choice question could be correct than to select the preferred answer. In addition, most classroom teaching is heavily biased toward the learning style of convergent thinkers, a fact that helps explain the dismal school performance of such legendary geniuses as Albert Einstein and Thomas Alva Edison, who was considered retarded and expelled from school. Creative children easily become bored in situations where uniform responses are expected and the product of intellectual effort is emphasized over the process. Instead of answering questions correctly, divergent thinkers are likely to provide additional answers of their own or even challenge the questions themselves, responses that teachers may consider inconvenient, uncooperative, and a threat to their authority.

Gale Encyclopedia of Childhood & Adolescence. Gale Research, 1998.