sábado, 12 de febrero de 2011

La Mística de la clase magistral


Como vemos en otras entradas, la mística viene de misterio, un misterio oculto. El papel de las clases magistrales, sería pues comunicar algo oculto, la ciencia o el conocimiento, a los estudiantes. En buena medida, ya podemos decir que la ciencia, hoy más que nunca, es ciencia oculta. Por un lado la difusión pública de la misma se sigue haciendo con cuentagotas desde las instituciones. Por otro lado asistimos a una auténtica explosión de conocimiento científico, piensen solo en el crecimiento de las universidades en todo el mundo. El misterio que se comparte, asimétricamente, en las aulas magistrales es la puesta al día de la especialidad de turno. Un mundo científico tan prolijo en especialidades, con lenguajes diferentes entre ellas, equivale técnicamente, a un gran sistema de sectas, que luchan entre ellas por sobresalir, y consolidar sus respectivos conocimientos especializados. Cuando los conocimientos se extienden, y son impartidos en más y más universidades, a fuerza de ser repetidos, y exigidos en los exámenes, terminan sedimentando, en la neurona global humana, como creencias.

Es todo un ritual la clase magistral. Un ritual asimétrico, con escasa participación en su diseño, por parte de la mayoría de los asistentes al acto. Que permanecen pasivos, mientras el profesor les habla y explica. Por un lado el conocimiento entra en la sociedad laminado en especialidades. Por ejemplo, en Biología, el ser humano y lo social están prácticamente ausentes. Cada carrera sigue enseñando, un sector de conocimientos, con un enfoque hartamente reduccionista. Los médicos siguen estudiando sólo la ciencia moderna europea. En psicología domina el conductismo. Por otra parte, la estructura invariante ortogonal, del aula magistral, hace que el conocimiento también se lamine inter individualmente. Termina la clase magistral, los estudiantes salen del aula a descansar, pero no existen actividades dentro del aula, con el profesor, que permitan que ese conocimiento magistral se remezcle activamente entre el alumnado y con el profesor. Si tenemos en cuenta que la laminación individual de los estudiantes comienza a los seis o siete años (le llaman período de "adaptación"), cuando dejan de tener actividades grupales en el aula, cuando un alumno sale a los 23 años de su facultad, con el 100% de clases magistrales y sin actividades grupales en el aula, todos esos años, entonces, querido lector/a, comprenderás que tenga sentido profundizar en este anacronismo pedagógico en pleno siglo XXI.

Sí, sin duda el absolutismo reinante de la clase magistral tiene sus días contados. Pero no se trata de restarle mérito, sin embargo. Esas clases absolutas magistrales han parido una gran cantidad de conocimiento. Pero ese doble, múltiple, proceso de laminación y de individualización del conocimiento, hace que funcionalmente nuestra sociedad parezca disfuncional, pues no parece haber puesto en valor, lo que se supone más útil, para cualquier sociedad moderna, que son sus conocimientos. Por un lado hemos negado hartamente los conocimientos "tradicionales". Por otro lado, tenemos mucha nueva ciencia por conocer, compartir, y aplicar. Por otro lado tenemos unas aulas disfuncionales para tal menester.

Filosofía, Teología y Ciencia iban de la mano cuando la ciencia moderna europea "echaba los dientes". La filosofía cristiana, parte al parecer de la reflexión acerca de la infinitud de Dios, versus la finitud humana. La teología, tenía que adaptarse al racionalismo adoptado por la ciencia, y así poder evaluar, de manera públicamente aceptable, los nuevos descubrimientos científicos. Al principio la ciencia cumplía a rajatabla lo que la teología afirmaba. Luego alguien afirmó que el omnipotente Dios también creaba la ciencia, y por tanto la podía crear libremente, sin tener que ajustarse, como antes, punto por punto, a la teología.

Las otras disciplinas quedaban muy al margen. La música por ejemplo, que ha tenido que esperar al siglo XXI para encontrar interés por parte de los científicos.

La inspiración de esta mañana es que la mística es la teoría en nuestra cultura. En las clases magistrales lo que se enseña es teoría. Distintos niveles de teorización. Se pueden hacer problemas de matematicas, pero seguimos en el mundo abstracto mayormente. Teoría y abstraccion van de la mano. Se pueden ver fotos de organismos en un power point. Sigue siendo en buena medida teórico o abstracto, pues la información accesible es mínima respecto a la información posible, si estuvieramos junto con el organismo, y en su medio.

Hay mística en muchas culturas. Y en nuestra senescente cultura, la mística parece haber quedado relegada, al discurso asimétrico del profesor. Las bancas laminan al alumnado que escucha en filas y columnas. Supongamos que la charla se está siguiendo con sumo interés y atención. Son muchos rostros dirigidos a un estrecho sector del espacio. La vista y los oidos se enfocan hacia el estrado. Hay una convergencia sensorial mística, meditativa, de la mayoría del aula hacia unos ojos, unas palabras, unas imágenes, localizadas en un pequeño sector de los 360 grados disponibles. 17 años. 1000 horas. Hacen 17000 horas.

Nos enfrentamos, pues, a un proceso de neotenia. A diferencia de otras sociedades, en la sociedad "culta" actual, o reciente, los niños/as son entregados para ser adoctrinados, en un mundo, una realidad cada vez más abstracta, y por tanto más alejada del medio en el que aprendieron muchas otras generaciones y culturas. Su desarrollo se hace sin duda muy sectorial. A nivel físico, aunque se diga aquello de "Mens sana in corpore sano", la realidad es que la espalda jodida es una de las epidemias más extendidas por acá. Mientras antes aprendíamos a vivir mientras vivíamos, el misticismo académico magistral nos inculca durante años y años conocimientos enlatados para poder ser usados posteriormente, cuando seamos adultos. Son como larvas que postergaran largamente su metamorfosis. Como las cigarras de los 17 años.

Quizás, la coincidencia de la actual crisis con el fín irremisible del absolutismo magistral en las aulas, tenga mucho que decirnos.

Desde luego asistimos a una pérdida de gobernabilidad. Y/o democracia. Pero si nos fijamos en la escasísima democracia en las universidades, entenderemos como hemos podido llegar hasta aquí. La crisis sobreviene cuando la ineficiencia de la sociedad, como sistema, roza valores mínimos. Eso es la sostenibilidad. Aunque casi nadie haya relacionado hasta ahora eficiencia y sostenibilidad.

Y la crisis del "apantallamiento", adonde nos lleva la mística de un aula magistral que es técnicamente "plana", es la crisis del culto a la personalidad, es la crisis del psicologismo, es la crisis de la psicología de masas del fascismo.

Todas esas crisis saltan por los aires con la revolución nativa digital, pues la horizontalidad, y reciprocidad de la comunicación y de las interacciones, caracteristicas de la Web 2.0, nos muestran la recuperación de libertades básicas ciudadanas, que habían sido usurpadas por un neofeudalismo instalado en las instituciones y en la sociedad.

Si ha sido posible y real la revolución nativa digital, eso significa que también es posible la revolución dentro de las aulas, que entre otras cosas incrementará grandemente la eficiencia de las universidades, y podrán salir de la bancarrota en la que actualmente se encuentran.

Y si ha sido posible compartir que la supuesta democracia de EEUU o de la UE, sólo se mantiene, o se mantenía sojuzgando pueblos hermanos, a los que se les condenaba a soportar dictaduras, como en Egipto, poco a poco comprenderemos que abandonar esta seudodemocracia e imperialismo, conlleva un impulso bestial hacia la autogestión, en general, como el adoptado ya, en la Web 2.0 por los nativos digitales y los que de ellos aprendemos.

Es ese mismo apantallamiento bipolar del aula magistral el que conduce (nuna mejor dicho) a la esclavitud global del coche privado, como hemos dicho en otros escritos. Es el mismo plano, solo que tumbado, o sea, la carretera, con la ventaja de que ya no hay un muro, vertical, el de la pizarra, vigilado por el profesor. Ya estás libre para moverte libremente, a la velocidad que quieras, con solo apretar el acelerador. Como si esos 17 años de desarrollo neoténico ahora se metarfosearan en la liberación a través del acelerador. ¿Pero que es realmente lo que aceleras? Lo que aceleras es tu pérdida exponencial de dinero y calidad de vida, y la de los demás. En las ciudades sobra el 80% de la población de coches privados. Madrid y Barcelona, su Smog, S.A. son un buen ejemplo. Como dice Pinti estamos gobernados por criminales. Pero el calibre de la abducción bipolar del aula magistral y del apantallamiento general de esta sociedad senescente es tan grande, que está claro que la responsabilidad es compartida, y que bastante jilipollas hemos sido como para llegar hasta aquí. Ahora bien, el diagnóstico general está ya hecho. Y la humanidad lo tiene claro. Egipto y Túnez se han lanzado. Y con ellos nosotros también. Para eso tenemos las neuronas espejo.

2 comentarios:

ciencia global al cuadrado...