martes, 30 de junio de 2009






''¡¡Qué sordo y torpe he sido-¡ meditó a paso ligero-. Si alguien lee un escrito para buscarle sentido, no desprecia los signos ni las letras, ni los llama engaño, casualidad o cáscara inútil; al contrario, los lee, los estudia, los ama letra por letra.
Sin embargo, yo quería leer el libro del mundo y el de mi propia naturaleza despreciando los signos y las letras en favor de un sentido imaginado de antemano; preconcebido; llamaba al mundo visible un engaño, consideraba mi ojo y mi lengua como apariencias casuales y sin valor. No; esto ya ha terminado: ahora me he despertado realmente y hoy, por fin, he nacido´´.

(Herman Hesse, Siddharta, pag 50).


´´Nuestra visión del mundo es, a menudo, un reflejo de la forma como nos vemos a nosotros mismos: Si me encuentro en un estado de desesperanza me inquieto por el futuro del mundo. Si tengo esperanzas, también las tengo para el mundo. Si soy descuidadado conmigo mismo, tampoco me preocuparé del medio ambiente y de mis hermanos. Si soy afectuoso, veré el mundo en forma cooperativa y protectora. Si me siento inútil, veré también al mundo a merced de los acontecimientos. Si tengo poder de decisión, puedo distinguir a mis amigos y valorar el medio ambiente. El mundo exterior actúa como un espejo de mi mundo interior´´ ( Greig, pike, selby, 1987)

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